Sueño que me encuentro en una capilla académica junto a L. un otoño, y que estamos escuchando a un coro de estudiantes cantar Joia en el món.
Me hace gracia imitarlos de vez en cuando, y como hay una pequeña
columna entre ambos, aparezco por la parte de delante cantando la parte
de las voces femeninas, y de repente me voy y aparezco por la parte de
detrás cantando la parte de las voces masculinas, en respuesta (i canta sa llaor, i canta sa llaor, i cantaaa i caaaanta sa llaor). Ríe.
Entonces ella se pone mi abrigo y decidimos salir al aire frío. Opino
que qué bien, porque viendo cómo le queda a ella puedo hacerme una idea
de cómo me queda a mí. Es un abrigo largo y oscuro que tiene una
capucha, también oscura. Le pregunto si me queda mejor con o sin la
capucha, y me dice que sin -obviamente-, pero que igual me conviene
llevar capucha, al menos hasta que aprenda a conducir.
O eso o un sombrero, vaya. Bromeo diciendo que igual me compro un
bombín, pero ella se refería más a un gorrito de lana como los que lleva
ella. Le digo que sí, que lo sé. Veo su imagen constantemente.
Poco después decidimos volver a la capilla y encontramos a una señora y
su nieto jugando con un gatito en las escaleras. El gato tiene muy poco
pelo, repartido aquí y allá con mechones largos e irregulares, acabados
en azul -no un azul natural, sino un azul tintado. El niño repite una y
otra vez que menos mal que su abuela lo ha salvado del sastre, que era
malo con él.
Me acerco, aunque L. sigue subiendo las escaleras. Pregunto qué hacía el
sastre con el felino, y la mujer me mira sonriente y dice "Esto." Acto
seguido arranca un mechón de pelo del gatito de manera brutal, y él no
se inmuta. Aunque lo intento supongo que mi cara refleja el horror de la
situación, y la mujer dice que está bien, lo han salvado y estará mejor
pronto.
Le digo a L. que venga pues, por lo que sé, le encantan los animales.
Ella viene, pero se queda mirando al gato sin ninguna emoción visible.
Supongo que ya no le gustan las mismas cosas.
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